Watercolour - Pendulum
Este
imaginativo vídeo de la banda australiana-británica Pendulum buscaba un nuevo
concepto visual en el año que se realizó, 2010. No se trata de un trabajo
convencional en el que se sitúe al grupo en un entorno determinado y se grabe
desde distintos ángulos. Este vídeo-clip tiene valor en sí mismo, es un
producto audiovisual que ha sido pensado hasta el último detalle y además está
inseparablemente unido a “Watercolour”, uno de los éxitos del grupo.
Se ha
buscado de forma deliberada un ambiente un tanto agobiante, oscuro, nocturno, con
lluvia y viento, con planos parciales donde además las sombras predominan sobre
la luz. Las imágenes son a veces borrosas, la cámara está en permanente
movimiento y se ven unas gotas negras de las cuales no se conoce su
procedencia. En algunos momentos el sonido no es claro, no se escucha la voz
con nitidez, quizá por las influencias drum
and bass del grupo, que se caracteriza por potentes líneas de bajo
combinadas con breaks acelerados.
La música
empieza con un sonido atmosférico y va de menos a más, primero solo la voz (con
algún efecto que la desdobla) con piano y sintetizador, va aumentando la
actividad melódica, se une la batería como si estuviera cogiendo velocidad y
por último se añade el bajo en el momento que la imágenes muestran una
explosión. El estribillo es puro ritmo, donde la voz se mantiene en un sonido
infinito y luego repite de forma monótona un mismo motivo. Después de una
sección en la que se mantiene este nivel de sonoridad, de repente vuelve la
calma y se inicia otra vez el proceso de intensificación del principio.
El
vídeo-clip nos ofrece 4 elementos visuales: el cielo, el grupo, el público y
las misteriosas gotas negras. Todos ellos están tratados según ese filtro de
oscuridad y de falta de nitidez. Desde el principio vemos una atmósfera
inquietante, algo va a pasar, y la falta de claridad nos crea una sensación de
angustia. Esa enorme bola negra no se sabe de dónde procede y qué hace ahí. Por
otro lado está el grupo del que solo vemos al batería y al cantante; son planos
parciales que no nos dejan ver el resto del escenario y a los demás músicos. El
público parece divertirse manos en alto y casi siempre los vemos en planos
cortos a cámara lenta alternándose con otros más rápidos. Cuando por fin se
produce la explosión, son ellos los que reciben la onda expansiva.
En cuanto a
la relación de las imágenes con la música podemos encontrar algunas sincronías
como cambios de plano coincidiendo con golpes de la batería, pero sobretodo hay
una correspondencia con el tempo. Las partes más lentas se desarrollan sobre
planos más largos y las rápidas sobre planos más breves. También podemos asociar
la parte lenta cercana al final con los colores de los rostros que aparecen,
que hasta ese momento eran grises, unido a una mayor nitidez. Si hay un
elemento que marca el desarrollo del vídeo-clip ese es la batería, que
determina con su menor o mayor actividad el modo en el que se produce la
secuencia de imágenes.
En definitiva,
todos los elementos tanto visuales como sonoros forman un producto solvente y
creativo, donde el conjunto es mucho más que la suma de sus partes, y que
seguro influirá en futuros trabajos de otros grupos.
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