Tocar un instrumento ayuda a tu mente

¿Sabías que cada vez que los músicos tocan sus instrumentos hay fuegos artificiales explotando en su cerebro?

Por fuera se pueden ver calmados y concentrados, leyendo la música y haciendo los movimientos precisos que necesitan, pero dentro de sus cerebros hay una fiesta. ¿Cómo lo sabemos? Bueno, en las últimas décadas los neurocientíficos han avanzado mucho en entender cómo funciona nuestro cerebro al monitorearlos en tiempo real con instrumentos como el FMRI (Functional Magnetic Resonance Imaging) y escáners PET (Positron Emission Tomography). Cuando la gente está conectada a las máquinas, tareas como leer o hacer problemas matemáticos tienen áreas específicas en las que se puede ver actividad. Pero cuando los investigadores hacen que la gente escuche música ven fuegos artificiales: múltiples áreas del cerebro se iluminan al mismo tiempo al procesar el sonido. Los separan para entender la melodía y el ritmo y después los juntan en uno, disfrutando de la experiencia musical. Nuestro cerebro hace todo esto en fracciones de segundo mientras escuchamos la música y nuestro pie empieza a moverse al ritmo. Pero cuando pasaron de ver el cerebro de los oyentes al de los músicos los pequeños fuegos artificiales se convirtieron en una gran fiesta. Resulta que escuchar música estimula el cerebro de varias formas, tocar música es el equivalente a un ejercicio de cuerpo completo. Los neurocientíficos veían muchas áreas del cerebro iluminadas procesando información simultáneamente en complicadas secuencias interrelacionadas y muy rápidas.

Pero, ¿qué tiene el tocar música que enciende el cerebro?

Los investigadores aún no lo saben, pero los neurocientíficos tienen una idea. Tocar un instrumento involucra casi todas las partes del cerebro al mismo tiempo, especialmente las cortezas visual, auditiva y motora, y al igual que cualquier otro ejercicio, la disciplina y una práctica estructurada fortalece esas funciones cerebrales, lo que permite aplicar esa fortaleza a otras actividades. La diferencia más obvia entre escuchar música y tocarla es que tocarla requiere habilidades motoras finas que son controladas por los dos hemisferios del cerebro. También combina la precisión lingüística y matemática, las que involucran el hemisferio izquierdo, con el contenido creativo, que depende del derecho. Por estas razones, tocar música aumenta el volumen y la actividad del Cuerpo Calloso del cerebro, el puente entre los dos hemisferios, que permite que los mensajes entre los dos lados viajen más rápido. Esto les permite a los músicos resolver problemas más rápida y creativamente, tanto en situaciones académicas como sociales. Como hacer música involucra crear y entender el contenido emocional y su mensaje, los músicos, por lo general, tienen mayores niveles de funciones ejecutivas, una categoría de tareas unidas como planificar, estrategia y atención a los detalles, que requieren análisis simultáneos de aspectos emocionales y cognitivos. Esta habilidad también tiene un impacto en cómo funciona nuestra memoria. De hecho, los músicos tienen una memoria mejorada, creando, almacenando y recuperando información más rápida y eficientemente. Los estudios muestran que los músicos parecen usar sus cerebros interconectados para darle a cada memoria varias etiquetas, como etiquetas emocionales, conceptuales, auditivas y contextuales, igual que los buenos buscadores de Internet.

¿Cómo sabemos que estos beneficios están solo relacionados con la música y no con los deportes o con la pintura? ¿Podría ser que los músicos fueran más inteligentes de por sí?


Los neurocientíficos han explorado estos temas y han encontrado que los aspectos estéticos y artísticos de tocar un instrumento son distintos a cualquier otra actividad estudiada, incluyendo otras artes. En varios estudios con participantes al azar que mostraban los mismos niveles cognitivos y neurológicos al principio, encontraron que los que fueron expuestos a clases de música mostraron mejoras en múltiples áreas del cerebro comparándolos con el resto. Este estudio reciente sobre los beneficios de tocar música ha aumentado nuestro conocimiento sobre las funciones mentales, revelando los ritmos internos y las relaciones complejas que arman la maravillosa orquesta de nuestro cerebro.
 

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